Natalia
Fecha llegada: 8-7-18
Natalia apareció debajo de unos camiones en una gasolinera de un pueblo de Burgos. En cuanto nos llamaron y enviaron fotos, les pedimos que nos la trajeran cuanto antes para comenzar a tratarla. Llegó completamente pálida y deshidratada, sin apenas plumas y con pánico a los humanos y demás animales.
Según llegó la pusimos en el suelo y vimos por su forma de andar que no estaba acostumbrada a pisar suelo liso, patas agarrotadas y dobladas de pisar barrotes, la palidez de no haber visto nunca el sol, miedo atroz a todo; de este modo supimos que jamás había salido de una jaula. A día de hoy, meses después sólo come pienso, de ese que les dan en las granjas, no conoce otra comida, otros sabores ni otras texturas, pero sabemos que lo acabará descubriendo. Ahora nos deja acercanos a ella, se acerca a nosotros si ve que tenemos pienso, y con las demás gallinas… bueno, con ellas poquito a poco, es complicado aprender a comunicarte con los de tu especie cuando ya eres adulta si nunca lo has hecho.
“Soy Natalia, y no tengo nada que decir, porque aún creo que nadie quiere escucharme ni saber quienes estamos detrás de los huevos.”