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Huevos

Es complejo resumir y condensar todo el sufrimiento que causan los huevos, por lo que este artículo será extenso y se dividirá en los difententes daños que causa esta industria en todas las etapas del proceso y en sus diferentes formas.

 

 

Os explico con este esquema la historia que hay detrás de cualquier gallina ponedora. Yo sería cualquiera de ellas.

El día que Yo nació, nacieron junto a ella decenas de otras gallinas y gallos; ese mismo día fueron sexados siendo los machos triturados o tirados a contenedores aún con vida.

Antes de ese día y para que Yo naciera sus padres tuvieron que vivir en unas granjas llamadas de reproductores, y para que los reproductores nacieran los abuelos de Yo tuvieron que vivir en una granja denominada de abuelos.

A través de las granjas de reproductores y abuelos se intensifica la selección genética para obtener gallinas que como Yo pongan un huevo al día aunque esto las mate a corto plazo.

¿Y porqué seleccionaron a Yo si va a morir joven por esa selección?

Por que Yo a los 2 años habrá puesto el máximo número de huevos esperado de ella por la industria consumiento la menor cantidad de alimento y en el menor tiempo posible. De este modo Yo y todas sus compañeras serán enviadas al matadero al año y medio o los dos años.

¿Y si quiero salvar a Yo y que viva feliz?

Yo es una gallina seleccionada genéticamente (más información en el artículo de ORIGEN DE LAS GALLINAS ), esto significa que en dos años su cuerpo no podrá más, habrá puesto los huevos que debería poner a lo largo de toda su vida. Si ha pasado esos dos años en una granja sin atención veterinaria Yo sufrirá o habrá sufrido fracturas óseas, prolapso de cloaca, infecciones y cáncer. Si quieres que Yo viva feliz lee el artículo “Implantes” y “Huevos y cáncer

 

 

Nacimiento de las ponedoras

Se elige a gallinas de razas muy concretas para realizar cruces, ellos son los “ABUELOS”, los  machos llevan una cosa en el pico llamada “bigote”, que atraviesa sus orificios nasales y evita que  “roben” la comida de las “abuelas” ya que así su cabeza no entra en los comederos de ellas, esto es  doloroso e impide que los machos hagan movimientos que para ellos serían naturales.

Los abuelos y las abuelas dan lugar al siguiente tipo de gallinas (la siguiente generación) que son  los “REPRODUCTORES”, viven al igual que los abuelos machos y hembras juntos dando lugar a  huevos fecundados, aquí los machos también llevan “bigote” .

De los “reproductores” nacen las “GALLINAS PONEDORAS” y también los machos de gallinas  ponedoras -la proporción es más o menos un macho por cada hembra-; al día de nacer se les sexa, los machos van a bolsas de basura o a una trituradora, las hembras a granjas donde pasarán sus vidas poniendo huevos sin parar.

Os dejamos la historia de Finn uno de esos pollitos contada por Igualdad Animal.

 

Corte de pico

Se realiza a casi todas las gallinas hembras destinadas a la puesta de huevos, a algunas de carne, y en ocasiones se realiza también a pavos, cordornices y patos.

¿Porqué? 

Pues como siempre, para beneficio del ser humano.

Con este corte cuando están hacinadas no pueden herirse entre ellas, cuando tienen comida que no es en polvo tampoco podrán escoger lo que quieren comer porque con ese pico apenas pueden sentir lo que tocan y cuando tienen un huevo al alcance les es más complicado romperlo y comérselo porque el pico les duele.

 

¿Cuándo y cómo se hace?

Se realiza antes de los 7-10 días de vida, generalmente con tan solo un día. El corte se hace sujetando al pollito y pasando su pico por una cuchilla al rojo vivo o por infrarrojos.

 

¿Qué supone para ellas?

El corte les secciona hueso, cartílago y tejido blando con abundantes nervios. La cicatriz cauterizada puede formar neuromas, es decir, sensibilización de los nervios de la zona. Está demostrado que tras el despique hay una pérdida de peso, por lo que es obvio que tienen molestias para comer, incluso para beber.

Cuando llegan a la edad adulta si el despique no se ha hecho siguiendo al pie de la letra los protocolos, cosa que sucede muy a menudo, el pico crece deformado causando problemas para comer y dolores.

 Algunas no llegarán a la edad adulta ya que morirán por infecciones de la herida, o porque el neuroma y el inmenso dolor que les produce no les permite comer.

A nivel psicológico, el corte del pico es el equivalente a amputarnos la punta de nuestros dedos, no podríamos saber con precisión que estamos tocando ni podríamos elegir en un bol de comida cual es la que más nos gusta ya que no tendríamos la precisión necesaria para ello, nos costaría acicalarnos, lo que nos haría estar sucios la mayoría del tiempo o intentaríamos limpiarnos sin éxito porque no alcanzaríamos a hacer lo que quisiéramos.

En el caso de gallinas rescatadas vemos cómo les cuesta limpiar su plumas porque el pico no les encaja bien, o cómo tratan de picar hierbas y pienso sin éxito y tenemos que aportarles la comida en polvo o papilla y en grandes comederos para que puedan acceder a ellos.

 

Tipos de explotación

¿Qué significado tiene el primer número en el etiquetado de huevos?

Seguro que muchas veces habéis leído que es muy malo comprar huevos con el número 3, ¿pero que pasa con los demás números?

Veamos:

Número 3

Los huevos etiquetados con el número 3 proceden de gallinas en JAULAS. A estas gallinas se les corta el pico con pocos días de vida causándoles un dolor de por vida, además permanecen hacinadas junto a 4 ó 5 compañeras más en pequeñas jaulas, donde jamás podrán abrir sus alas ni ver el sol o pisar el suelo, apenas pueden comer, beber o tener algo de intimidad para poner un huevo cada día. Con un año y medio o dos años las que no hayan muerto por infecciones o problemas nutricionales irán al matadero.

Número 2

Son huevos que proceden de gallinas que viven en SUELO, su pico también es cortado cuando son bebés, y bueno, técnicamente no viven en suelo, en realidad proceden de gallinas que no viven en jaulas, pero igualmente se encuentran hacinadas en naves, sin higiene, sin atención veterinaria y al igual que las criadas en jaulas con un año y medio o dos años las que sigan vivas irán al matadero.

Número 1

Los huevos que proceden de gallinas CAMPERAS, es decir, de gallinas que tienen acceso al exterior, suenan muy bien, incluso idílico y las fotos de sus envases son bastante bonitas. Pero no es así de maravillosa su realidad, a esas gallinas también les cortan el pico y viven hacinadas en naves, con la pequeña diferencia de que tienen acceso a un recinto en exterior, al que acceden igualmente hacinadas. Ah! Y sí, tampoco reciben atención veterinaria, también mueren por infecciones y problemas nutricionales y sí, con un año y medio o dos años van a matadero.

Número 0

Son huevos que proceden de gallinas que consumen un pienso ECOLÓGICO, nada que ver con que sean libres ni felices, tan sólo tiene que ver con el polvo que les ponen por comida que en vez de llevar químicos es ecológico. Al igual que a las anteriores se les corta el pico y tampoco reciben atención veterinaria y con un año y medio o dos años van al matadero.

¿Y porqué no existen en el mercado huevos de gallinas en libertad, que vivan felices?

Sencillo, porque de las gallinas que viven en libertad y que son felices y que nadie las  mata no se venden los huevos.

Porque mantener a una gallina viva en condiciones de salud óptimas es un enorme  gasto económico, porque sus pequeños cuerpos están modificados genéticamente  para trabajar 200 veces más de lo normal y por ello sufren prolapsos de cloaca (al  poner tantos huevos el conducto por el que salen los huevos se protruye hacia el  exterior), sufren roturas de huesos por falta de calcio, sufren de desnutrición ya que todo lo que comen lo gastan en los huevos, sufren problemas hepáticos, respiratorios, renales, peritonitis, cáncer…

Y por esto las gallinas en las granjas no son felices, no pueden serlo, porque para vivir bien necesitan que alguien cure todas las enfermedades que las granjas les han  provocado.

Las gallinas sin seleccionar genéticamente vivirían 15 – 20 años, en las granjas las matan con un año y medio o dos años que es cuando comienzan a enfermar y reducen la puesta de huevos.

El hecho de vivir hacinadas les causa mucho estrés bajando sus defensas, que ya de por sí son débiles, y exponiéndolas a muchas infecciones.

Al igual que el no ver el sol les provoca problemas óseos junto a la enorme cantidad de calcio que pierden con cada huevo.

El pisar suelos sucios o las rejillas de las jaulas no solo es incómodo, además es doloroso y les provoca heridas e infecciones en sus dedos.

El corte de pico se les realiza con una cuchilla incandescente, es como si nos cortasen así las uñas quemándonos la piel; esa quemadura y esa cicatriz les provoca problemas para comer, además de un dolor crónico y deformación para toda su vida.

El hacinamiento al que todas (sean del número que sean) se ven sometidas les obliga a respirar un ambiente cargado con polvo y excrementos.

El contacto constante con diferentes compañeras y la condición jerárquica de las gallinas hace que sufran ataques entre ellas, por eso les cortan el pico, pero eso no evita que las de menor rango sean golpeadas y maltratadas por otras por el simple hecho de no poder alejarse.

El traslado al matadero se produce de forma violenta, provocándoles fracturas por la debilidad de sus huesos, su valor es tan bajo que cuando una de ellas cae al suelo ni siquiera resulta económico el tiempo que el trabajador perdería en agacharse para cogerla y matarla, por lo que muchas veces cuando caen las dejan morir de hambre, sed y frío en el suelo.

Por todo esto, comer huevos no es ético, porque no existen los huevos de gallinas felices, porque para que una gallina sea feliz en algún momento de su vida tendremos que intervenir para que deje de poner huevos y pueda seguir viviendo.

Os dejamos otro vídeo de Igualdad Animal, en este caso la protagonista es Emily

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