Fecha llegada: 31-12-19

Vagando solito por las calles apareció este caballero a sus tempranos 15 días de nacido, nadie lo reclamó, y pasó a ser un bebé buscando hogar. En La Vida Color Frambuesa teníamos todo lo necesario para él, así que para comenzar bien el 2020 llegó Manolito.

Tan pequeño como descarado y gritón, siempre quejándose y pidiendo bibe, llenito de heridas, pápulas que aparecían y desaparecían y que nos tuvieron más de 5 semanas en cuarentena, nadie podía tocarle sin desinfectarse, negativo en los raspados, y sin síntomas de ser nada más.

Las pápulas siguen yendo y viniendo, no hay contagios por ningún lado, por lo que sospechamos que Manolito tiene algún tipo de alergia, o nos ha salido un nene con la piel muy fina. No le pican ni le molestan, cosa que sí le pasaba en las orejas cuando llegó, por suerte dimos pronto con el tratamiento y en unos días estaba solucionado.

Manolo es el último de los bebés cabritillos que han pasado por aquí, y de momento uno de los más guerreros y con peores ideas de los que han vivido con nosotras. Silvia es más bruta pero de bebé estuvo tan malita que no hacía trastadas, y Benito era muy bicho pero nunca pegó a nadie, siempre ha sido un bonachón.

“Pues nada, a veces llegas al mundo y te convierten en filetitos y a veces te pierdes por el camino y acabas viviendo en un santuario sin ser la comida de año nuevo de nadie, es una caca no tener a tu mamá cabra para cuidarte y enseñarte pero peor es morir para acabar en un plato.”