Fecha llegada: 26-6-19

Cuando desde El valle Encantado nos piden ayuda, allá que vamos. Manuela fue encontrada por uno de sus voluntarios, tirada en el campo cuatro días después de ser mordida por un perro, sus “familiares” contaron lo de la mordedura y dijeron que no se harían cargo de sus cuidados por lo que la cedieron para que fuese atendida. En el primer vídeo que nos mandaron de ella Manuela no se tenía en pie y una terrible herida recorría su cuerpo por detrás de su patita izquierda afectando músculos y tendones.

Manuela ingresó directamente en la clínica Madagascar, estaba deshidratada y desnutrida, casi en estado de shock, allí le hicieron radiografías y analíticas. Las pruebas confirmaron que tenía septicemia (la infección había llegado a sangre) y la mordedura era tan profunda que había dañado el trocánter mayor del fémur izquierdo, la situación era crítica y la evolución en los primeros días sería crucial.

Por suerte, después de semanas de antibióticos y curetajes, teniendo que intervenir varias veces para limpiar la herida y extraer el pus que se iba formando (en aves es sólido), conseguimos no solo que la herida cerrara, si no que Manuela no tuviera ninguna secuela.

“Buenas, la vida me dio un susto gordo, vi la luz al final del túnel tirada entre los matorrales sin que nadie me atendiera. Luego fueron semanas jodidas de limpiezas, vendajes y convivir con los gatos que querían jugar con mis vendas, pero ahora soy una plumirroja frambuesil más y ¡me encanta!”